jueves, 23 de febrero de 2012

Lex Secunda (ley de Gigax-Madoff). Pars Secunda.

"Tengo yo una ovejita lucera".

A raíz de la entrada anterior de ésta serie «económica» Enrod me recomendó la lectura de un libro editado por la Knutepunkt (macroconvención de roleros nórdicos que, gentilmente, tiene el detalle de publicar sus estudios en perfecto inglés) y, más concretamente, de un artículo que en su página 189 trata el asunto de las economías internas de los ReVs. Vaya aquí el enlace, junto con la re-recomendación de su lectura:  http://knutepunkt.laiv.org/dissectionlarp.pdf

En coincidencia con lo que ya comentábamos, el fenómeno más definitorio de la economía Revera sería, para el autor de éste estudio, la hiperinflación desbocada. Lo que llamábamos el otro día la «ReVflación». Sus causas, analizadas mucho más profesionalmente de lo que yo podría hacerlo, serían las siguientes:

- Durante las primeras horas del juego, unas clases acomodadas van transfiriendo riqueza desde sus «cofres» hacia la economía real, provocando una aceleración de precios que no es compensada por ningún sistema recaudatorio eficaz.

- El ahorro o la inversión son poco atractivos, si no directamente imposibles, lo que incita a destinar toda la riqueza al gasto inmediato.

- Los propios límites geográficos (un reducido terreno de juego) permiten que las compraventas sean instantáneas, acelerando aún más la economía.

- El factor «hora de cierre» hace que todo el mundo corra a gastar como si no hubiera mañana. Porque, efectivamente, no habrá mañana. Como inciso: algo aplicable también al valor de la propia vida, aunque esa ya es otra historia y será tratada en otra ocasión.

- Y todo esto junto hace que cualquiera que se plantee en serio una carrera «en el mundo de los negocios» sepa que, en el fondo, ese dinero que atesora valdrá menos que nada cuando la partida se acerque a su fín. O, lo que es lo mismo: la conciencia de la inflación provoca su propia inflación.

Bien: todo esto es cierto, evidente y aplicable también a climas más cálidos que los de daneses, suecos y noruegos. No obstante me ha llamado la atención un detalle que desconocía: una peculiaridad (al parecer) de los ReVs daneses según la cual «the participation fee normally cover all sustenance needed, to be bought with in-game money by the players». Vamos: que la comida (de los jugadores) se paga ¡con dinero de juego de los personajes!

La verdad es que no creo que en los países mediterráneos ese sistema fuera muy apreciado. Supongo que tiene que ver con las distintas percepciones culturales sobre la gastronomía, como bien refleja la curiosa película noruega «El festín de Babette». Y eso aún contando con que la experiencia culinaria de un rol en vivo suele estar justo sobre los límites de la penuria.

Pero este factor me da qué pensar. En concreto: que el análisis del flujo económico se hace dando por sentado un sistema de «gasto sin producción», enfocado además al mantenimiento de necesidades básicas (pura pirámide de Maslow) o, a lo sumo, de pequeños lujos de obtención inmediata.

¿Qué ocurre entonces con la producción, la inversión o el ahorro? Pues bien: existen ejemplos -y no hiperbóreos, sino muy cercanos- de ReVs en los que se ha intentado dar juego a esos factores. Experimentos que, con mayor o menor fortuna, han explorado el terreno desconocido de la «economía productiva». Y como uno de los propósitos declarados de este blog es no dejar caer en el olvido lo aprendido de éxitos y errores, aquí mismo comentaré aquellos que conozco.

El único caso en el que me consta que se ha tratado de representar activamente un sector primario agrícola y ganadero es el de «La batalla de los cinco ejércitos»; un vivo organizado en el año 2003 por el smial de Numenor de la Sociedad Tolkien Española. La formación como economista de uno de sus masters, Ángel Gabriel Olivo (más conocido por los veteranos en su advocación de «San Alader de Aksintur»), llevó a plantear una simulación «acelerada» de cosechas, plantaciones, pesca y cría de ganado que se imbricaba, a su vez, con las opciones tácticas y estratégicas de las fuerzas militares (no olvidemos que el título del ReV comenzaba con la expresión «Batalla de»).

Simplificando: los personajes agricultores y ganaderos (gran parte de la población de la ciudad) sabían que cada cierto periodo los masters colocarían recursos en sus «granjas». Recursos que debían ser recogidos según cierto protocolo, que podían ser robados (si visteis la foto de Andresito «Gollum» en la entrada anterior de este blog ya conocéis al mejor ladrón de ganado de la partida) y que, por supuesto, exigían una defensa del territorio por parte de la guardia, obligada por ello a actuar más allá de los muros de la ciudad.

Lamentablemente, nunca sabremos qué resultado habría tenido éste esquema de no sobrevenir dos «accidentes» ajenos a los masters:

Por una parte, una formidable ola de calor (el albergue de Casavieja es el lugar de España en el que más calor y más frío he pasado; lo primero en éste evento y lo segundo en «Umbralis 2». Cosas del amable clima de la meseta). Los trabajos agrícolas se volvieron tan deseables como deben serlo en el mundo real, para sofoco y desesperación de jugadores urbanitas y acostumbrados al aire acondicionado y con el resultado de «que recolecte Rita la cantaora».

Y aún peor: toda una facción (enana) se dió de baja en el ultimísimo momento, desequilibrando el vivo hacia un continuo combate que mandó «al péo» toda la economía y buena parte del resto de las tramas. Un caso más de «ReV secuestrado» por la gomaespuma; aunque, en éste caso, al menos no se trataba de monstering sino de auténtico enfrentamiento entre personajes.

Con el experimento interrumpido, por tanto, es temerario hacer extrapolaciones; pero algunos detalles sí que se vieron, para bien y para mal. El más significativo, la dificultad para interiorizar, por parte de los jugadores, ese «deslizamiento temporal» que supone jugar la economía «en tiempo comprimido» (varias cosechas y ciclos de gestación de ganado a lo largo de un único fín de semana de partida) a la vez que el tiempo corre normalmente para el resto de las tramas. O casi normalmente: todo ReV tiene algo de «simulación en tiempo comprimido», pues rara vez tantas cosas, tantos tratos y tantos enredos acontecen simultáneamente en el mudo real. Pero el grado de abstracción que se requiere para jugar simultáneamente en dos escalas temporales es, quizá, más de lo que la mayoría de los jugadores van a aceptar.

No obstante, la idea tiene elementos positivos. Si no para el rol en vivo, como mínimo, para adaptarse a batallas y demás eventos de soft-combat; aunque ese es un terreno que controlo menos y desconozco si estará usándose ya, que no me extrañaría.

Ah: y ya puestos a hablar de la Batalla de los cinco ejércitos, no puedo dejar pasar la ocasión sin reseñar una de las anécdotas más absurdas y surrealistas que he vivido en un ReV (y van unas cuantas). Sucedió que, como parte de ese sector primario ya comentado, existían recursos piscícolas, que se representaban por unas siluetas de peces en papel distribuidas y repuestas en el «lago» y a las que tenían acceso tanto pescadores (con barca) como el ya mencionado Gollum. Pues bien: la simulación económica incluía también un sector de transformación (artesanos) que, en este caso, correspondía a los cocineros capaces de hacer comestibles los peces.

Sí: lo sé. Aquí la cosa canta mucho. Tanto por ser recolección pura (de cuyas escasas ventajas y muchos inconvenientes ya hablamos en la anterior entrega de esta serie) como por el absurdo de que un ciudadano cualquiera no fuese capaz de ensartar una sardina en un espetón. Pero pasando por encima de esto, sucedió que, para distinguir el pescado crudo del cocinado improvisamos que los cocineros escribieran sobre el pez que preparaban la palabra «cocinado».

Y como quiera que los masters acabasen por reciclar ese material, me encontré con un pescador que respondió a mi pregunta de «¿cómo va la cosa?» con un inocente «Bien. He pescado seis peces; cuatro de ellos ya cocinados».

Amanece, que no es poco.

En fín: sobrepasadas ya las mil palabras que me he impuesto como límite para cada entrada, dejaré para posterior ocasión otro ejemplo de ReVeconomía productiva que conozco bien; ésta vez, sobre cómo montar y mantener un honesto negocio en los mares del Caribe, con sus problemas burocráticos, administrativos y de relación con proveedores y personal.

Que, total, más infame sería montar una agencia de calificación.

8 comentarios:

  1. El honesto negocio del Caribe incluira trabajadores dedicados a dar placer como muestra de funcionamiento de una economia? XDD

    Aparte de eso, si tengo curiosidad por como se planteo en ese vivo el uso del dinero y los negocios.

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  2. Bueno: es el sector "servicios" ¿no?

    Y sí: veremos algunos detalles, creo que curiosos.

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  3. Lo que he comprobado que sí funciona (al menos mejor) en un evento es la economía real basada en el intercambio. El trueque, vaya.

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  4. En nombre de los enanos de La Batalla de los Cinco Ejércitos, como uno de sus maestros armeros (reconvertido en comerciante) he de decir que no nos dimos de baja por propia voluntad sino que "nos dieron de baja" los orcos de juego.

    Otro fallo de la partida, en la que había dos tribus enfrentadas de orcos que no se podían ni ver y que se enfrentarían "teóricamente" durante el juego, pero que en el minuto 1 (Kelkasna mediante) fueron en bloque a por la otra tribu y por mediación de la superioridad numérica les dijeron "U os rendís o morís". Se rindieron, se unieron al grupo y lo primero que hicieron es ir a matar a todos los enanos (que estabamos empezando a recolectar y manufacturar objetos, entre ellos las armas que no teníamos, y que los orcos, ¡oh casualidad! sí desde el principio).

    Conclusión: Un asco, una partida desequilibrada y que finalmente impuso el régimen de la gomaespuma, pero oye, eso se podría haber previsto con otras mecánicas para controlar este descompensamiento desde el minuto 1. Pero bueno, estamos hablando de un vivo del año 2003...

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  5. Por lo que me contaron (y lo que recuerdo) el bando enano habría debido tener bastantes más integrantes, con lo que no tendría que haber sido tan fácil la masacre que comentas. Pero tampoco puedo poner la mano en el fuego. Que por ejemplo, no sabía (o no recordaba) lo de las armas.

    Y sí: ya dije más arriba que ése fue un vivo «secuestrado por la gomaespuma». Algo que he visto y/o sufrido en varias ocasiones y de lo que merecería la pena hablar.

    Por lo demás, espero no haber incurrido en ninguna ofensa hacia la estirpe de Durin. Que los enanos tienen fama de ser ligeramente rencorosos.

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    1. Nada hombre, a servir, póngame a los pies de sus ancestros...

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  6. En los rev's fantástico-medievales en Catalunya de principios del s. XXI el dinero de juego servía, efectivamente, para pagarse no sólo la comida en juego, si no también el alojamiento (y, evidentemente, las rondas en la taberna, las reparaciones de armas y armaduras, componentes mágicos, ceremonias religiosas -como los funerales-, suministros... etc.): más de uno acabó por comer un cacho de pan (fruto de la beneficiencia) y durmiendo al raso.

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    1. Visionario: eso que cuentas suena muy interesante. ¿Podrías concretarnos de qué vivos estás hablando?

      Cataluña es la cuna de los Revs españoles y algún día me gustaría ampliar ésta entrada de "WikiReV" con más datos sobre los orígenes y peculiaridades de la "escuela catalana". Si es que tal cosa existe; que yo creo que sí:

      http://wiki.reinoslegendarios.com/index.php/ReVs_en_Espa%C3%B1a:_un_poco_de_historia

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